7 maneras en que los gobiernos podrían fomentar el emprendimiento
- Crear y dirigir una empresa puede ser un reto, pero los gobiernos pueden ayudar a fomentar el emprendimiento y crear un entorno que lo apoye.
- Un mejor acceso a la financiación, la oferta de educación y formación y la reducción de los trámites burocráticos pueden ayudar a los empresarios a superar retos cruciales.
- Los gobiernos pueden fomentar una cultura empresarial, estimular la creación de redes entre empresarios y añadir apoyo jurídico para crear un mejor entorno para el espíritu empresarial.
El emprendimiento desempeña un papel vital en el impulso del crecimiento económico y la creación de empleo. Es el motor que impulsa la innovación, genera nuevas empresas y aporta nuevos productos y servicios al mercado. Crear y dirigir una empresa puede ser todo un reto. Los emprendedores suelen tener dificultades para acceder a la financiación, sortear normativas complejas y adquirir las capacidades y los conocimientos necesarios.
Aquí es donde entran en juego los gobiernos. Tienen un importante papel que desempeñar en el fomento del emprendimiento y en la creación de un entorno que lo apoye y fomente. En este artículo exploraremos siete formas en que los gobiernos pueden promover el emprendimiento y tener un impacto positivo en el entorno empresarial.
Facilitar el acceso a la financiación
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los empresarios es el acceso al capital. Muchos empresarios tienen grandes ideas pero carecen de recursos financieros para hacerlas realidad. Los gobiernos pueden ayudar proporcionando financiación a través de subvenciones, préstamos y otros incentivos financieros. Por ejemplo, la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa (SBA) de EE. UU. ofrece diversos programas de préstamos para pequeñas empresas, incluido el programa de préstamos 7(a), que proporciona hasta 5 millones de dólares de financiación a las empresas que reúnan los requisitos. Además, los gobiernos también pueden ofrecer incentivos fiscales a los inversores que aporten financiación a las empresas de nueva creación.
Reducir los trámites burocráticos
A menudo, los empresarios tienen que lidiar con complejas normativas y papeleo. Los gobiernos pueden reducir esta carga simplificando y agilizando el proceso de creación y gestión de una empresa. Por ejemplo, el Índice de Facilidad para Hacer Negocios del Banco Mundial clasifica a los países en función de lo fácil que es crear y dirigir una empresa. Singapur ocupa sistemáticamente los primeros puestos de la lista, en parte debido a sus políticas favorables a las empresas, como su sistema de registro de empresas en línea, que permite a los empresarios registrar una empresa en unas pocas horas.
Invertir en educación y formación
Los empresarios necesitan una amplia gama de conocimientos para tener éxito, desde la gestión empresarial hasta el desarrollo de productos. Los gobiernos pueden invertir en programas de educación y formación para ayudar a los empresarios a adquirir los conocimientos que necesitan. Por ejemplo, la Junta Nacional para el Desarrollo del Emprendimiento en Ciencia y Tecnología de la India (National Science and Technology Entrepreneurship Development Board, NSTEDB) ofrece formación y apoyo a los empresarios en los ámbitos de la ciencia y la tecnología.
Fomentar la innovación
El emprendimiento está estrechamente ligado a la innovación y los gobiernos pueden fomentar la innovación invirtiendo en investigación y desarrollo y ofreciendo incentivos fiscales a las empresas que invierten en nuevas tecnologías. Por ejemplo, el crédito fiscal para investigación y desarrollo en Estados Unidos permite a las empresas reclamar un crédito contra sus impuestos por determinados gastos de I+D.
Crear un marco jurídico de apoyo
Un marco jurídico favorable es esencial para que florezca el emprendimiento. Los gobiernos pueden crear un entorno jurídico favorable a los empresarios simplificando el proceso de registro de empresas, protegiendo los derechos de propiedad intelectual y haciendo cumplir los contratos. Por ejemplo, EE. UU. cuenta con un sistema de patentes que permite a los empresarios proteger sus ideas e invenciones, y el ordenamiento jurídico del país también facilita la constitución de sociedades de responsabilidad limitada y sociedades anónimas.
Fomentar una cultura empresarial
Los gobiernos pueden promover el emprendimiento creando una cultura que lo valore y apoye. Esto puede hacerse mediante campañas de concienciación pública y reconociendo y celebrando las contribuciones de los emprendedores. Por ejemplo, la Semana Global del Emprendimiento es un acontecimiento anual que reúne a empresarios, inversores y expertos de todo el mundo para intercambiar ideas y mostrar las últimas innovaciones.
Estimular la creación de redes de contacto y la colaboración
Para tener éxito, los empresarios a menudo necesitan trabajar en red y colaborar con otros empresarios, inversores y expertos. Los gobiernos pueden fomentar la creación de redes y la colaboración creando oportunidades para que los empresarios se reúnan e intercambien ideas. Por ejemplo, las aceleradoras y las incubadoras son programas que ofrecen tutoría, formación y recursos a las empresas en fase inicial. También proporcionan una red de empresarios, inversores y expertos que pueden ayudar a las empresas de nueva creación a crecer y tener éxito.
En conclusión, los gobiernos tienen un papel crucial que desempeñar en el fomento del emprendimiento. Aplicando las estrategias expuestas en este artículo, como facilitar el acceso a la financiación, reducir los trámites burocráticos y crear un marco jurídico favorable, los gobiernos pueden influir positivamente en el panorama empresarial e impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. El emprendimiento no consiste únicamente en crear una empresa, sino también en crear oportunidades, impulsar la innovación y fomentar el desarrollo económico. Los gobiernos que apoyan y fomentan el emprendimiento no sólo ayudan a los empresarios individuales, sino que también contribuyen al bienestar general de sus economías y sociedades.
Fuente: WEF