Servicios públicos y comunicaciones frente al cambio climático

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Artículo publicado originalmente en la Revista OBJETIVO 2030 en este enlace

Por: Camilo Sánchez Ortega - Presidente ANDESCO

El último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ratificó lo que ya sabíamos y que aún tercamente como humanidad no hemos querido ver. Las alarmas se han disparado y hay una expectativa importante frente a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia, en noviembre de 2021.

Se escuchan voces diciendo que, para el caso colombiano, nuestras emisiones de Gases Efecto Invernadero son muy pequeñas comparadas con los datos mundiales y que cualquier acción que se haga no va a tener el impacto deseado. Esto implicaría grandes erogaciones al aparato productivo nacional. Por el contrario, creemos que al poner a nuestro país en el liderazgo nato frente al Objetivo de Desarrollo Sostenible -ODS13- Acción por el Clima nos posiciona de manera potente en el escenario internacional. Además, se debe destacar que los efectos del Cambio Climático afectan de manera significativa el clima en zonas tropicales como toda el área continental y marítima de nuestro país.

No sobra recordar que frente al ODS 13, Acción por el Clima, las actuaciones colombianas en su conjunto están dirigidas a la actualización de las metas nacionales a corto, mediano y largo plazo, para identificar las necesidades de adaptación y mitigación, y establecer la hoja de ruta para la gran estrategia hacia el 2050, bajo los postulados de avanzar hacia una economía de carbono neutralidad hacia mediados del siglo XXI.

En el tema eléctrico es importante resaltar que, en Colombia, nuestra matriz es fundamentalmente limpia debido a la generación basada en hidroelectricidad. Según la actualización del World Energy Outlook 2020, por cada gigavatio-hora (Gwh) se emiten 0,59 Megatoneladas equivalentes de Dióxido de Carbono (MtonCO2eq) a nivel mundial mientras que en Colombia el valor es de 0,16 Mton CO2/Gwh, es decir casi 4 veces menos, según información de la Unidad de Planeación Minero-Energética -UPME-.

Y a pesar de tener esta matriz tan limpia, nuestro país le ha apostado a la generación de energía de Fuentes de Energía Renovables No Convencionales -FERNC-, con una capacidad nueva instalada de 2.500 megavatios a partir de energías solar y eólica, sobre todo en el departamento de La Guajira. Este esfuerzo, del que participan muchos de los afiliados de Andesco, logrará reducciones de hasta 9 Mton CO2, y así participando en la reducción de los valores nacionales y facilitar el cumplimiento de la meta sectorial para el año 2030.

Quiero aquí, sin embargo, comentar un tema como reflexión: estos proyectos de generación de energía con las consecuentes redes de transmisión y las subestaciones respectivas son necesarios para seguir la consolidación del suministro de energía para el país. Se precisan las consultas previas y demás medidas que se requieren para los estudios de impacto ambiental y las actividades que de ahí se deriven. Sin embargo, los procesos que se están llevando a cabo no siempre van a la celeridad debida, ya sea por ausencia de protocolos claros o por situaciones derivadas de la emergencia sanitaria. Aquí hay que actuar con prontitud, y con el apoyo irrestricto de las autoridades locales y nacionales para poder seguir con el cronograma para terminar el proyecto y empezar su operación y así contribuir con las metas del ODS13 -Acción por el Clima.

Volviendo a los temas de acción climática empresarial, y las emisiones colombianas de CO2, la principal causa de las mismas, están representadas en la deforestación con un 36% de participación. Frente a esto, las empresas de servicios públicos y comunicaciones han liderado la reforestación en muchas de sus áreas de influencia; de hecho, del programa planteado por el Gobierno Nacional de una siembra masiva de 180 millones de árboles, de los cuales se ha reportado la siembra de alrededor de 70 millones a la fecha, las empresas afiliadas a Andesco han reportado cifras superiores a 13 millones de árboles, lo que es un valor importante. Adicionalmente, se puede afirmar sin ambages, que la protección de cuencas y de zonas de embalse que realizan las empresas han tenido un importante resultado en términos de conservación y protección de biodiversidad. De hecho, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento -CRA- ya reglamentó la forma de retribuir el valor de estas inversiones, denominadas infraestructuras verdes, en la tarifa, como una manera efectiva de incentivar las acciones en este sentido, donde la cosecha del agua se refleja positivamente. Con esto, se contribuye además al ODS 15: Protección de los Ecosistemas Terrestres.

También otra apuesta donde las empresas están actuando decididamente está en la movilidad sostenible, con apuestas concretas de renovación de los parques automotores tanto de carga como de transporte público masivo. Por eso se resalta que en las últimas renovaciones de contratos de Transmilenio y el SITP en Bogotá hay una importante flota de vehículos dedicados a Gas Natural Vehicular y buses eléctricos que empiezan a generar una verdadera transformación en el transporte en nuestro país. Por supuesto, hay que avanzar en las conexiones de carga en los edificios, centros comerciales, parqueaderos, y por supuesto, las denominadas electrolineras a lo largo y ancho de la geografía del país.

Frente al tema del usuario hay una acción que Andesco ha impulsado y es la de la mejora de la eficiencia energética como un elemento central dentro del ODS 7 Energía Asequible y No Contaminante, reconociendo con el Premio de Eficiencia Energética a empresas de diferentes sectores y la academia que avanzan activamente en programas y proyectos en este campo.

De otro lado, también con la promoción de la economía circular, desde el ODS 12, Producción y Consumo Responsables, se está trabajando en programas de Waste to Energy para evaluar alternativas para los sistemas de disposición final; igualmente, con los procesos adecuados de manejo y control de gases en los rellenos sanitarios por parte de varias de las empresas de aseo y gestión de residuos adheridas a Andesco.

También hay que resaltar que en las empresas de agua y saneamiento se está trabajando de manera permanente en el manejo de biosólidos provenientes de las plantas de tratamiento de aguas residuales y se están proponiendo proyectos pilotos para el reuso de agua, promoviendo también un ajuste en la regulación actual.

Hay un asunto final para resaltar en todo este catálogo de acciones climáticas y está referenciada al uso masivo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones -TIC-, que se ha visto potenciado por las restricciones impuestas para atender la emergencia sanitaria derivada de la COVID-19.  Se mejoró en asuntos como el trabajo remoto y la atención ciudadana; también se utilizó cotidianamente en los temas de educación y salud, obviamente con dificultades pero con resultados alentadores que siguen imponiendo retos para los prestadores de los servicios. La virtualidad redujo el tiempo de desplazamiento y los viajes de todo tipo, con el ahorro de combustible y la reducción de emisiones. Sin duda, volver a la normalidad será diferente porque también se han ponderado de manera positiva los beneficios de la virtualidad racional en muchas actividades.

La lucha contra el cambio climático, la mayor amenaza contra la Tierra misma, entendida ella como cuerpo viviente, nuestra Gaia, como lo dice el profesor Lovelock, es una tarea de todos.

Desde los servicios públicos y comunicaciones esta labor es continua y permanente, conscientes de la responsabilidad que se tiene para que la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible sea una realidad.



Artículo publicado originalmente en Revista OBJETIVO 2030 en este enlace