En pleno siglo XXI, uno de los aspectos fundamentales en el desarrollo económico y social en la sociedad, es la inclusión de la mujer y la disminución de la brecha entre géneros.
De acuerdo al Boletín #20 de Presidencia de La República (2015) “Observatorio de Asuntos de Genero”, Martha Ordoñez Vera Consejera Presidencial para la equidad de la mujer manifiesta que “los países más prósperos, más democráticos y más estables son los que logran reducir las brechas entre hombres y mujeres, los que trabajan por la igualdad y la equidad, los que impulsan el empoderamiento y trabajan por la garantía de los derechos de todas las mujeres, por su participación activa”. Igualmente cita que “Colombia tiene aún importantes brechas y desigualdades que hay que disminuir. En el campo del trabajo las mujeres tienen los mayores índices de desempleo y menores ingresos que los hombres por trabajos similares”.
Durante la última Cumbre de Desarrollo Sostenible de la ONU realizada en Nueva York en septiembre del 2015, uno de los 17 objetivos es el de “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, donde el Gobierno nacional se comprometió a hacerlos cumplir, como una prioridad para la agenda del 2030. Pero este compromiso no solo debe ser del sector público, sino también del privado y de todos los sectores de la sociedad en general, buscando establecer que la capacidad sea evaluada por la inteligencia, la habilidad y el de liderazgo demostrado por la persona y no por su género.
La seguridad privada por su crecimiento en los últimos años es uno de los sectores con mayores indicadores de empleabilidad en Colombia. Según datos publicados por la revista Dinero en el año 2015, el sector había empleado un total de 216.151 personas como personal operativo (Vigilantes o guardas de seguridad), de los cuales el 89%; es decir, 193.281 eran hombres y el 11% restante (22.870) mujeres.
Fortalecer una estructura operacional, integrada por mujeres a un dispositivo de seguridad privada, es la ruptura de un paradigma en el sector, ya que históricamente las empresas de seguridad han estado vinculadas de alguna manera, a las fuerzas militares y por ello es la percepción de fuerza y masculinidad, siendo el hombre su principal protagonista
Con el ánimo de dar cumplimiento a lo establecido por Pacto Global y ONU Mujeres para el sector privado, desde el año 2015, SECURITAS ha venido desarrollando un plan para apoyar el desarrollo y empoderamiento de las mujeres, evidenciándose hoy los resultados en el incremento de la empleabilidad y una marcación especial de la presencia del género femenino.
Para dar cumplimiento a dicho plan, la primera estrategia de SECURITAS fue incrementar la contratación de mujeres para trabajar en la operación de dispositivos de seguridad. A diciembre de 2017, se emplearon 5.512 administrativos y operativos, de los cuales 1.113 fueron mujeres, lo que corresponden a un 20,19% del total de la contratación, superando así el promedio del sector.
La Segunda estrategia es capacitar, formar e impulsar el crecimiento de una mujer a través del plan carrera. Para el 2017 se logró el ascenso de 46 mujeres que pasaron de ser guardas de seguridad a ser supervisores, operadores de medios y apoyo a la administración, logrando a la fecha capacitar 1.114 mujeres.
Aunque siguen siendo minoría tanto en el grupo de los guardas de seguridad, como en el resto de personal que componen las empresas de seguridad privada, las mujeres hoy avanzan firmemente hacia delante y no resulta nada raro ver a una mujer de vigilante o guarda de seguridad en un edificio corporativo, en un supermercado o haciendo rondas en vehículos de vigilancia.
A pesar de que en algunas empresas aún exista el llamado "techo de cristal" (limitación velada del ascenso de la mujer en una organización para lograr una mejor posición o escala salarial), en empresas como SECURITAS, las mujeres han alcanzado puestos directivos de la máxima categoría como es el caso de la Doctora Sandra María Carvajal Villamizar, la única mujer Country President a nivel IberoAmérica y representa a Colombia, comprometida desde siempre con la igualdad entre géneros, la formación y promoción de los trabajadores.
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