Por Argenis Angulo Parra on Martes, 02 Junio 2020
Categoría: Nuestras Voces

Exagerado

A lo largo de mi vida y de mi andar, he observado la xenofobia ir y venir en múltiples direcciones. No siempre estuve consciente de lo que significaba, como no lo estuvimos los venezolanos que apenas descubrimos la palabra en esta generación.

Pero siempre existió. La Real Academia la define con toda claridad y simpleza en una única acepción:  “fobia a los extranjeros”. Y a su vez define la “fobia” como la “aversión exagerada a alguien o algo”.  Y explica la “aversión” como el “rechazo o repugnancia frente a alguien o algo”. De manera que podemos decir que la xenofobia no es más ni menos que “el rechazo o repugnancia exagerada frente a quienes son naturales de un país que no es el propio”.

Y me detengo ahora en el “exagerada”, que fue la palabra que más me costó escribir en esta dolorosa composición conceptual… El rechazo o la repugnancia por otro, especialmente producto de su lugar de origen, no puede tener márgenes de aceptación; ya sea un poco, o ya sea mucho, habla de una exagerada ignorancia de lo que hoy somos como humanidad: una sola raza, el “homo sapiens”, tan bien descrito por Yuval Noah Harari en su obra “De Animales a dioses”.

Sin embargo, es una realidad. De la misma manera que algunas religiones pretenden salvar solo a los pocos que nacieron en el seno de sus creencias, y condenar a “los extranjeros espirituales”, de la misma manera hoy comunidades enteras rechazan a quienes no tuvieron “la suerte” de nacer en sus tierras.

Y quiero mostrarlo así, aunque luzca desproporcionado (ya dije antes que en estos temas lo poco o lo mucho ya es en sí mismo exagerado): siete décadas después del holocausto, de la catástrofe nazi, hoy, y de este lado del mundo, hay quienes defienden, promueven, y enaltecen una cultura de división, juicio y menosprecio de otro a partir de su origen.

Es decir, cuando un meme sobre extranjeros causa gracia y es difundido como chiste, cuando al juzgar la acción de un individuo juzgamos a toda una sociedad, cuando el criterio para confiar o no en alguien es su nacionalidad, los mismos criterios que han llevado a esta única raza a la guerra están operando en ti.

Y debo decir, después de semejante declaración solo algo me resulta exagerado: que aún no nos demos cuenta.

La opinión expresada en esta entrada de blog es de exclusiva responsabilidad de su autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de Pacto Global Red Colombia.

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