Es una realidad que existe un movimiento acelerado en la Instituciones de Educación Superior, IES, para desarrollar la tendencia y el desafío del aprendizaje permanente. Podemos constatar cómo cientos de miles de personas se convertirán en “estudiantes permanentes”, aprendiendo a lo largo y más allá de la vida laboral que exige nuevas competencias y habilidades en un mundo de constante cambio.
El aprendizaje permanente está siendo entregado de muchas formas o a través de esquemas que hacen posible un aprendizaje significativo y reconocido ¿Están las IES adoptando el aprendizaje permanente? ¿Qué se necesita? ¿Cuáles son las principales tendencias en el aprendizaje permanente y cómo están respondiendo las IES?
Existe un reconocimiento creciente, impulsado por las políticas gubernamentales y los imperativos del sector privado, de que las IES no solo necesitan preparar a los estudiantes para un mundo complejo y en rápida transformación; también necesitan educar a las personas a lo largo de sus vidas para que puedan adaptarse a la evolución de los empleos y las tecnologías y hacer avanzar la sociedad. También otra razón está en que existe la necesidad de mejorar el acceso y el éxito de los estudiantes.
En un mundo en el que la formación universitaria ha cambiado drásticamente, el rol de las Instituciones de Educación Superior, IES, hoy y para el futuro no se puede limitar a ofrecer un portafolio académico exclusivamente compuesto por programas de pregrado y posgrado tradicionales.
Al contrario, las IES deben ponerse al servicio de la sociedad en toda su diversidad y ofrecer de manera decidida nuevos formatos, nuevas temáticas, mucho más disruptivos, para personas que requieren formarse a lo largo de su vida a través de espacios de entrenamiento cortos, ágiles, pragmáticos, agradables y, sobre todo, que los certifican puntualmente en nuevas destrezas tanto para su vida profesional como personal.
Para ello, las IES deben estar en permanente escucha de las empresas, las organizaciones, los territorios, las comunidades y las personas para detectar necesidades, intereses, tendencias, proyecciones, y proponer de manera flexible y en tiempo real, espacios formativos atractivos, de vanguardia, multimodales, apilables y que cualifican de manera fácilmente verificable a las personas para hacerlas más felices, adaptables y competitivas en un mundo tan velozmente cambiante.
Sobre todo, tiene que haber un cambio cultural dentro de las IES, haciendo del aprendizaje permanente una parte central de su misión, no solo un complemento ¿Cómo pueden las universidades adaptar sus políticas institucionales, gobernanza, liderazgo y compromiso comunitario y con el sector real para que esto suceda?
Frente a la disrupción de la propuesta educativa superior hoy, la gobernanza debe ser clave para alcanzar el propósito de las IES. Esta debe ser capaz de garantizar que el aprendizaje pueda prosperar en este nuevo concepto de aprendizaje permanente. Los acuerdos de gobernanza deben ser aptos para el propósito, basados en principios de colegialidad, transparencia y responsabilidad.
Deben estar respaldados por sistemas sólidos de rendición de cuentas que le ayuden a monitorear los resultados y garantizar que se cumpla con los marcos normativos internos y externos.
También se requiere una estructura que encaje con el concepto disruptivo de la IES; por ello, el criterio principal es que la estructura se ajuste a sus necesidades y a su misión. En síntesis, es necesario que la atención de las IES se centre en alcanzar los objetivos institucionales y lograr resultados de calidad.
Artículo publicado originalmente en La República
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