WWF convoca a lograr un pacto mundial para la protección del 80% de la Amazonía
- Durante la COP27 de cambio climático, la conferencia intergubernamental más importante para la toma de decisiones en esta materia, WWF lanza el Informe Amazonía Viva, que recoge la información más reciente sobre esta región, su importancia planetaria, las amenazas que enfrenta y las soluciones que requieren un compromiso global sin precedentes para detener su deterioro y prevenir su destrucción.
- En la presentación del informe, WWF convocó a los estados a alcanzar un pacto mundial para proteger al menos el 80% de este
- La Amazonía cubre amplias porciones de ocho países y un territorio de ultramar francés ubicado en Suramérica; Brasil abarca las tres quintas partes del bioma, seguido en orden de extensión por Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Guyana, Surinam, Ecuador y Guayana
- Existe evidencia de que más de un 18% de los bosques amazónicos se han perdido y un 17% adicional están
- Continuar perdiendo los valores naturales de este bioma afectaría el sustento de alrededor de 47 millones de personas, e intensificaría la emergencia climática global, ya que sería imposible mantener el aumento de la temperatura planetaria por debajo de los 1,5 grados centígrados.
- Colombia aún cuenta con el área de bosque mejor conservada de toda la cuenca amazónica, pero esta enfrenta graves amenazas.
Sharm El-Sheikh (Egipto), noviembre 8 de 2022.
Ha pasado un año desde el llamado que lanzó el Panel Científico para la Amazonía (SPA por sus siglas en inglés), en Glasgow, Reino Unido, durante la COP 26, al alertar que la Amazonía se acercaba a un punto de no retorno si se llega a perder el mayor bosque tropical y sistema de ríos del planeta, ubicados en este bioma. A la fecha, las amenazas en esta gran región siguen siendo críticas: el 18% de los bosques amazónicos han sido transformados para otros usos y un 17% adicional están altamente degradados.
En el marco de la COP27 de cambio climático, que se lleva a cabo en Egipto, WWF lanza el Informe Amazonía Viva 2022, un minucioso documento que propone estrategias para revertir la tendencia actual, con el fin de que tanto gobiernos, sector privado y ciudadanía en general, descubran la Amazonía, aprendan de sus retos y contrastes, y se inspiren para la acción urgente en favor de su conservación.
Debido a su increíble diversidad biológica y riqueza cultural, representada en los más de 47 millones de personas que lo habitan, algunas de las cuales pertenecen a los más de 500 pueblos indígenas amazónicos, y su importancia global como regulador del clima, el bioma amazónico es de interés mundial. No obstante, los procesos de deforestación, así como la degradación de sus bosques y ríos, están llevando a la Amazonía a un punto de no retorno según lo indica el SPA. Este punto de no retorno consiste en la pérdida de humedad provocada por el cambio climático y la deforestación, lo que ocasiona un círculo vicioso de secamiento progresivo de la Amazonía en amplia escala, transformándola de un bosque húmedo tropical hacia un bosque seco o una sabana degradada.
La comunidad internacional, sobre todo aquellos sectores cuyas acciones tienen repercusiones directas en la Amazonía, pueden asegurar que la Amazonía se mantenga viva por muchos siglos más, o ser testigo de su desaparición, tal y como la conocemos.
Llegar al punto de no retorno afectaría directamente los medios de vida de los 47 millones de personas que viven en la Amazonía, el 10% de la biodiversidad del planeta, y agravaría la crisis climática y de pérdida de biodiversidad globales. El objetivo común de mantener el calentamiento de la Tierra hasta un máximo de 1,5°C no se podrá cumplir si se pierde este bioma, ya que esta almacena entre 367 - 733 gigatoneladas de dióxido de carbono en su vegetación y suelos, lo cual sobrepasa el presupuesto de carbono considerado para esta meta. El carbono guardado por siglos en la Amazonía está liberándose a un ritmo acelerado debido a la deforestación, los incendios y la degradación por actividades productivas insostenibles. En otras palabras, si perdemos la Amazonía, perderíamos la oportunidad de hacerle frente a la crisis climática global.
Según el informe, se deben detener las amenazas sobre la Amazonía mediante acciones urgentes, sobre todo desde los gobiernos y el sector privado, y continuar con iniciativas sostenibles de desarrollo y conservación desde la sociedad civil. El informe propone posibles soluciones que la red de WWF está apoyando, de la mano de socios locales e internacionales.
Estas iniciativas están alineadas con la propuesta que la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y otros aliados han hecho -también acordada por la Asamblea de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza- de que, a más tardar en 2025, se reconozcan como estrategias efectivas de conservación los esfuerzos que los pueblos indígenas y comunidades locales han hecho en sus territorios, los cuales, sumados a figuras de protección como las áreas protegidas, podrían garantizar que hasta el 80% del bioma esté bajo alguna categoría que garantice su conservación.
Esta meta requiere medidas urgentes en los próximos 3 años para salvaguardar áreas bien conservadas y para restaurar las tierras con alta degradación. Conservar el 80% de este bioma requerirá garantizar y extender un mosaico de áreas protegidas y territorios indígenas protegidos –que actualmente representan la mitad del bosque– gobernados equitativamente, con manejo efectivo y conectados con paisajes manejados con enfoques integrales en el marco de una visión regional de conservación y desarrollo sostenible.
Salvar a la Amazonía demandará un compromiso político de alto nivel que aborde directamente las principales amenazas a este bioma, como son la deforestación, la minería ilegal, la corrupción y la infraestructura planificada sin consideraciones ecosistémicas.
En el caso de Colombia, el 42,3% del territorio nacional continental es amazónico, según datos del Instituto Sinchi. Además de la deforestación (en 2020, de acuerdo a cifras del IDEAM, el 63% de este flagelo se concentró allí), enfrenta graves amenazas como los incendios que afectan significativamente la conectividad ecosistémica, y una crisis de seguridad sin precedentes por la intensificación del acaparamiento de recursos y de las actividades económicas ilegales, que pone en riesgo a los defensores ambientales. Pese a esto, Colombia aún cuenta con el área de bosque mejor conservada de toda la cuenca amazónica y esto se debe en gran parte a que los pueblos indígenas y comunidades campesinas han demostrado conservar mejor que nadie los bosques sobre la base de sus sistemas de conocimiento y prácticas sostenibles.
“En la COP27 los países amazónicos tienen la responsabilidad de impulsar la defensa y restauración de este bioma y ahí Colombia podrá jugar un rol de liderazgo, pues desde su posesión, el actual gobierno ha insistido en darle máxima prioridad a la protección de la Amazonía por su importancia para la región y el mundo”, afirmó Ximena Barrera, Directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF Colombia.
Este informe insta a los gobiernos a implementar políticas socioeconómicas compatibles con la naturaleza y a controlar las actividades depredatorias; a las empresas, a eliminar la deforestación de sus cadenas de suministro y asegurar altos estándares socio-ambientales; y a los financiadores, a no proveer fondos que lleven a la destrucción de la Amazonía, así como destaca el rol de las poblaciones locales y comunidad internacional en propiciar un modelo de transición resiliente al clima y justo para la Amazonía.
Durante el evento de lanzamiento1, se propuso Un Pacto Mundial para proteger al menos el 80% de la Amazonía, que requerirá una visión regional Panamazónica con políticas e instituciones fortalecidas para implementarla; un 100% de reconocimiento legal, demarcación y financiación de los territorios de pueblos indígenas; moratorias u otras políticas para detener el avance de la deforestación, particularmente aquella que se lleva a cabo ilegalmente y a escala comercial en bosques primarios, de alto valor biológico o en zonas que están llegando a puntos de no retorno locales. Así mismo, fomentar un modelo de desarrollo que detenga los impulsores de la deforestación y degradación, y promueva cadenas de suministro libres de deforestación; financiar un programa de restauración ecológica a gran escala; proteger la biodiversidad y especies amenazadas, entre otras estrategias.
Roberto Troya, Director Regional de WWF-Latinoamérica, expresó: “La Amazonía se encuentra atrapada en la intersección entre la crisis climática y la de biodiversidad, donde la destrucción de sus ecosistemas está reduciendo la posibilidad de que la temperatura aumente no más de 1,5°C”. El Informe Amazonía Viva 2022 hace un llamado para que la humanidad no deje pasar más tiempo, ya que la supervivencia del bioma y de la cuenca, están a contrarreloj.
Fuente: WWF