Unisimón recibe premio internacional en sostenibilidad

Le fue concedido por la iniciativa Principios de Educación Responsable en Gestión, del Pacto Global de las Naciones Unidas.

El galardón le fue concedido a Unisimón en la categoría ‘Mejor Práctica Institucional en Sostenibilidad’
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Por su gestión y contribución al desarrollo sostenible, la Universidad Simón Bolívar fue reconocida con el premio internacional Consuelo García de la Torre (CGDLT) por el capítulo Latinoamérica y el Caribe de la iniciativa Principios de Educación Responsable en Gestión (PRME), del Pacto Global de las Naciones Unidas.

El galardón le fue concedido a Unisimón en la categoría ‘Mejor Práctica Institucional en Sostenibilidad’, luego de la evaluación de las buenas prácticas de 80 instituciones de educación superior y escuelas de negocios latinoamericanas que participaron.

Fernando Morón Polo, director de Planeación y Responsabilidad Social de Unisimón, destacó el trabajo en equipo que involucra a todos los niveles de la institución y cuenta con un fuerte compromiso por parte de la dirección general.

“Representa el resultado de las adaptaciones institucionales y estructurales realizadas por la universidad, siguiendo un enfoque integral basado en los ámbitos de acción propuestos en la hoja de ruta por la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) de la Unesco”, dijo Morón, quien recibió el premio durante el 12vo. encuentro PRME realizado el 1 y 2 de noviembre en Córdoba (Argentina).

El encuentro PRME, dedicado este año a la formación de líderes con propósito, se llevó a cabo en colaboración con el 58vo congreso del Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración. Fue organizado por la Universidad Blas Pascal y la Universidad Nacional de Córdoba.

“Es un reconocimiento que refuerza el compromiso institucional de Unisimón con el desarrollo sostenible, tal como se establece en su misión y visión”, agregó Morón. “Nuestra dedicación fue reafirmada durante la evaluación de seguimiento del Icontec, el 19 de octubre anterior, en la cual la universidad mantuvo su categoría Esencia”.

Fuente: EL ESPECTADOR