Una revolución para la toma de decisiones

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sábado, 8 de febrero de 2025 - Las compañías que han incorporado inteligencia artificial en la gestión de la demanda y la logística han logrado mejoras de hasta un 70% en la precisión de sus predicciones y en el desarrollo de productos

Por: Patricia Patiño

La inteligencia artificial, IA, está transformando el mundo. Nos permite analizar información proveniente de diversas fuentes e identificar patrones y oportunidades de forma más ágil, permitiendo que los equipos empresariales puedan tomar decisiones basadas en datos y generar iteraciones que permitan pivotar e innovar rápidamente tanto productos como servicios, creando soluciones optimizadas y eficientes.

Por ejemplo, empresas que han incorporado IA en la gestión de la demanda y la logística han logrado mejoras de hasta 70% en la precisión de sus predicciones.

La IA está revolucionando el desarrollo de productos al permitir la creación de prototipos más rápidos y precisos, así como la personalización de estos según las preferencias y comportamientos de los usuarios.

Sin embargo, estos resultados no se obtienen solo implementando IA, dependen de la creatividad e innovación de los equipos de trabajo y de ser asertivos al encontrar los puntos de valor que representen un verdadero cambio en la gestión y operación, asegurando la resiliencia y sostenibilidad del negocio a largo plazo para evitar correr el riesgo de quedarse rezagados en un mercado cada vez más competitivo.

Adoptar la inteligencia artificial presenta varios desafíos. Uno de los principales es la gestión del cambio cultural dentro de las organizaciones. Implementar nuevas tecnologías implica replantear procesos, redefinir roles y desarrollar nuevas habilidades, lo que puede generar resistencia inicial si no se comunica adecuadamente el valor de la IA como una herramienta para complementar y mejorar el trabajo humano, en lugar de sustituirlo. Otro aspecto relevante es garantizar que las soluciones de IA sean éticas, transparentes y alineadas con los valores de la empresa. La confianza de los consumidores es un activo invaluable, y cualquier percepción de mal uso de la tecnología puede afectar gravemente la reputación de una marca.

Por ello, muchas organizaciones están adoptando marcos éticos para asegurar que sus algoritmos sean justos, responsables y respetuosos con la privacidad de los usuarios.

Para maximizar el impacto de la IA, es esencial contar con una estrategia bien definida que contemple lo siguiente.

Identificar áreas de alto impacto antes de invertir en tecnología, las empresas deben analizar dónde la IA puede generar el mayor valor. Esto incluye optimizar operaciones internas, mejorar la experiencia del cliente o abrir nuevas líneas de negocio.

Involucrar a los equipos desde el principio: la adopción de la IA debe ser un esfuerzo colaborativo. Incluir a los colaboradores desde las etapas iniciales no solo reduce la resistencia al cambio, sino que asegura que las soluciones respondan a las necesidades reales del negocio. Segundo, invertir en formación continua: la evolución de la IA exige que los equipos también desarrollen nuevas competencias digitales, la formación en tecnologías emergentes es clave para mantenerse competitivo.

Por otro lado, la IA no es una tendencia pasajera, sino una herramienta poderosa que seguirá redefiniendo la forma en que operan las empresas en las próximas décadas. Su verdadero valor radica en cómo se utiliza: las empresas que logren combinar la potencia de la IA con una visión estratégica y un enfoque centrado en las personas serán las que lideren el camino hacia el futuro. En este contexto, la pregunta no es si las organizaciones deben adoptar la IA, sino cómo hacerlo de manera efectiva para garantizar sostenibilidad y éxito a largo plazo. Lo otro es integrar tecnología, creatividad y una gestión ética y responsable, ya que será esencial para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades de esta revolución tecnológica.

Fuente: LA REPÚBLICA