Los conflictos por el agua se intensificarán con el calentamiento global

000 73VW3RE 76799Ceremonia de inauguración de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (Grand Ethiopian Renaissance Dam) en Guba, el 9 de septiembre de 2025. Afp Or Licensors

El agua es un recurso vital que no conoce fronteras, aunque cuando este recurso lo comparten distintos Estados puede convertirse en fuente de tensiones políticas. El calentamiento global acentúa su escasez y altera el equilibrio regional.

Por: Rachel Barbara Häubi

El agua está en el centro de los enfrentamientos geopolíticos: desde el Nilo hasta el Colorado, pasando por los pantanos de Mesopotamia y el lago Lemán. Estas tensiones podrían aumentar con el calentamiento global, tal y como indica Christian Bréthaut, codirector de la Cátedra UNESCO en Hidropolítica. «Se observa un recrudecimiento de las tensiones hídricas, a escala regional, sobre todo. A nivel internacional, el agua sigue siendo fundamentalmente un vector de cooperación, pero la situación puede evolucionar rápidamente», declara en el plató de Géopolitis.

Las aguas transfronterizas representan el 60 % de los flujos mundiales de agua dulce. Sin embargo, pocos acuerdos regulan su gestión. «Una crisis del agua es, ante todo, una crisis de gobernanza», resume el profesor de la Universidad de Ginebra.

El Nilo, símbolo de rivalidades

El Nilo ilustra perfectamente estos retos. Egipto y Sudán —que temen por el suministro de agua— están preocupados por la mayor presa de África, la Presa del Renacimiento, que va a poner en marcha Etiopía. «Cuando se habla de una infraestructura de esta envergadura, los impactos aguas abajo, por desgracia, son inevitables», constata Christian Bréthaut. «La cuestión fundamental es saber cómo se organizarán los Estados ante fenómenos climáticos extremos —en particular, las sequías— para evitar que las tensiones degeneren en conflictos. La falta de acuerdo complica esta anticipación y adaptación», dice.  

La presa también simboliza un cambio regional. «Se habla de hidronacionalismo. Etiopía quiere imponerse como potencia en África Oriental, compitiendo con Egipto, históricamente dominante en el Nilo».

000 73UP62R a77daQue Etiopía ponga en marcha la presa del Renacimiento, la más grande de África, hace que Egipto y Sudán teman por la reducción de sus recursos hídricos. Afp Or Licensors

Acuerdos en aguas turbulentas

Estas tensiones hídricas se acentúan con el cambio climático y la contaminación. Es el caso, por ejemplo, del río Colorado, cuyo caudal ha disminuido un 20 % en un siglo como consecuencia de la sobreexplotación y las repetidas sequías. La escasez de recursos hídricos amenaza el reparto del agua de los ríos Colorado y Río Grande (en México, Río Bravo), que se estableció en 1944 a través de un tratado firmado por Estados Unidos y México.

En el norte de Tailandia, el río Kok, afluente del Mekong, está contaminado por lodos tóxicos procedentes de la extracción de oro y tierras raras en la vecina Birmania, atribuida a empresas chinas. Como resultado los peces están enfermos y los pescadores tienen dificultades para vender sus capturas. «Este problema solo se resolverá si los Gobiernos de Tailandia, Birmania y China trabajan juntos», reconoce Penchom Saetang, directora de la ONG Earth Thailand.

La clave para prevenir estas fricciones sigue siendo la cooperación internacional, según Christian Bréthaut. Tras catorce años de negociaciones, Suiza y Francia a principios de septiembre firmaron dos acuerdos sobre la gestión de las aguas del Ródano y el Lemán. Estos textos pretenden coordinar la gestión sostenible del agua, sobre todo en épocas de sequías y crecidas. «Durante mucho tiempo, contábamos con mecanismos regionales que funcionaban, sin que Francia tuviera intención de cuestionarlos. El cambio climático ha empujado a París a volver a la mesa de negociaciones y a pedir más flexibilidad», observa el profesor.

Pero firmar acuerdos no es suficiente. Se necesitan infraestructuras fiables y voluntad política, dice Christian Bréthaut. «Metrópolis como México pierden entre el 40 y el 50 % de su agua debido a las fugas. En este caso, no es una cuestión climática, sino una decisión política que debe centrarse en la renovación de las infraestructuras y el ahorro de agua», apunta Bréthaut.

Fuente: Swissinfo