Los 10 pasos para dejar la ‘fast fashion’ y vestirte de manera sostenible.
Cada vez son más los consumidores comprometidos con el entorno que optan por un consumo más respetuoso
Por: Beatriz Benéitez Burgada
El consumo sostenible llega también al mundo de la moda ya que, por suerte, cada vez son más los consumidores que con pequeñas acciones tratan de preservar el entorno vistiendo de forma más ecológica y más ética. Tal y como desgrana la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en un informe, cada vez son más los usuarios que donan o reciclan la ropa o que no compran más que la necesaria. También existe un mayor interés en el origen de la prenda y aumentan las personas que incorporan a su vestuario ropa de segunda mano. Poco a poco, la percepción de la moda va cambiando, lo que sin duda ayudará a paliar el enorme impacto del sector textil.
La ‘fast fashion’, las compras compulsivas de prendas que apenas durarán unas semanas, va dejando paso a la moda más responsable. Estos son diez consejos que, sin duda, pueden ser muy útiles para las personas que deseen poner su granito de arena en favor de la sostenibilidad, adaptando un poco su forma de vestir.
El decálogo contra el 'fast fashion'
- Lo primero de todo es revisar el armario, porque seguro que tienes ropa y calzado infrautilizados y en perfecto estado. Quizá, incluso, sin estrenar. Puedes tomar una decisión al respecto: considerar la posibilidad de volver a utilizarla (por lo que necesitarás comprar menos prendas), donarla o venderla. Darle, de la forma que sea, una vida.
- No compres ropa de forma compulsiva. Sal de compras si necesitas algo. Si no, no salgas. Haz una lista con tus necesidades. Y antes de adquirir una prenda, dedica, aunque sea un momento, a pensar si realmente te hace falta. Trata de no dejarte llevar por el marketing y la presión social. Comprar ropa nueva tiene consecuencias, porque genera residuos, contribuye al cambio climático y genera recursos naturales.
- ¿Cantidad o calidad? Una buena prenda te durará mucho más tiempo, mientras que una de baja calidad se estropeará en pocos lavados. A veces, lo barato sale caro.
- Ten un buen fondo de armario, con piezas sencillas y atemporales que podrás ponerte siempre y combinar entre sí. No pasarán de moda y unos pocos complementos bastarán para adaptarla a la tendencia de cada temporada.
- Piensa en el impacto ambiental de las prendas que adquieres. Los textiles sintéticos (poliéster, nylon, poliamida…), por ejemplo, liberan microplásticos al ser lavados, que acaban en el mar. Trata de elegir tejidos con menos impacto ambiental, como algodón reciclado, lino, lana, seda o lyocell.
- Si buscas una prenda para un uso esporádico o puntual, puedes pensar en pedirla prestada. O, incluso, en alquilarla. Quizá no necesites comprarte una prenda para unos pocos usos.
- Alíate con las marcas que sabes que tratan y pagan dignamente a sus trabajadores. Busca marcas éticas, que garanticen condiciones laborales aceptables para sus trabajadores (la mayoría mujeres) y, sobre todo, que respeten los derechos humanos. Y no es necesario que contribuyas a la explotación animal para vestirte, aunque sí podrías utilizar productos de origen animal que se producen con respeto (seda o lana).
- Comprar online no es ni bueno ni malo, pero podemos caer en la tentación de comprar ropa de varias tallas y modelos, para elegir tranquilamente y devolver lo que no queramos o no nos guste. Piensa en la huella de carbono de todos esos envíos innecesarios (embalajes, transporte…). Trata de seleccionar lo que quieras o necesites y, salvo que sea imprescindible, no lo compres de forma urgente.
- ¿Te has planteado usar ropa de segunda mano? La oferta cada vez es mayor, tanto en comercios físicos como a través de distintas apps. Ahorrarás dinero y cuidarás un poco más del planeta. Evitarás residuo textil. De la misma forma, cuando tengas una prenda que no te guste o no te valga, dale una segunda vida y evita generar residuos innecesarios. Puedes arreglarla, venderla o donarla. Hay muchas personas que la necesitan.
- El mantenimiento de la ropa es importante. Cuídala, para que dure más. Llena la lavadora, elige un jabón poco agresivo, evita los lavados intensos y seca la ropa al aire. Además de cuidar mejor tus prendas, minimizarás la liberación de microplásticos en el proceso de lavado.
En definitiva, gestos sencillos y cotidianos. Pequeños cambios de hábitos que pueden ser clave para el sostenimiento de nuestro entorno y del planeta y que se pueden implementar de forma progresiva. Poner un granito de arena cuesta muy poco.
Fuente: La Vanguardia