Es importante insistir en la Agenda 2030, no hay que abandonarla, sino reforzarla

Juan Camilo Cárdenas, director del Centro ODS de Los Andes, dijo que hay que empoderar a sectores a hablar y ejecutar Agenda 2030

Por: Estefanía Fajardo

Aprovechar “los mangos bajitos” es como se refiere Juan Camilo Cárdenas, director del Centro ODS de la Universidad de Los Andes, cuando habla de trabajar en las fortalezas que tenemos como país y la riqueza en biodiversidad que nos permitirá alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, y la Agenda 2030.

Para Cárdenas, estos se encuentran en los sectores agrícola, ganadero y de protección de bosques “porque es mucho más barato bajar la deforestación por tonelada de carbono emitida o reducida que, por ejemplo, tratar de hacer reconversión de plantas de generación eléctrica u otro tipo de soluciones que están por en la matriz de posibilidades”.

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¿Cuál es la misión principal del Centro ODS de Los Andes?

La primera tiene que ver con la crisis en el mercado en producción de agua. Lo que estamos viviendo en Bogotá, que es precisamente una de las vulnerabilidades que tendrán muchas ciudades en América Latina frente al cambio climático. La adaptación al cambio climático es una de las grandes primeras preguntas que tenemos frente a la región.

La segunda tiene que ver con la protección de la biodiversidad y la riqueza natural. América Latina es una de las regiones que tiene más riqueza en su biodiversidad. La Amazonía es uno de los clásicos más conocidos, pero no es el único. Colombia, por ejemplo, tiene la cantidad más importante de páramos del mundo, la protección de esos ecosistemas también es muy importante.

Y el tercer punto de trabajo de este diagnóstico es que América Latina es la región más desigual del mundo. Tenemos que trabajar sobre las desigualdades de muchos tipos: de ingreso, de riqueza, pero también en grupos poblacionales.

¿Cómo trabajar las desigualdades poblacionales?

En Colombia hemos encontrado que hay unas regiones en donde hay unas desigualdades muy grandes. Por ejemplo, el departamento donde encontramos más brechas entre la población negra y el resto de población, es Nariño. Esto es muy parecido en Brasil, Perú, Ecuador y demás.

Este tema de las desigualdades se conecta mucho con nuestras dos primeras preguntas. Acá vemos que no vamos a poder generar conservación de los ecosistemas si no resolvemos la desigualdad. Sin justicia social, no hay sostenibilidad, pero también sin sostenibilidad, no podemos construir justicia social.

¿Cuáles son los obstáculos para avanzar en los ODS?

Hay unos obstáculos muy grandes, sobre todo para los ODS 13, 14 y 15, que son los de cambio climático, protección de vida terrestre y protección de vida acuática. Tienen que ver, entre otras, con estas desigualdades regionales y el hecho de que todavía seguimos tratando de frenar la deforestación, que es una de las amenazas más grandes al cumplimiento de esos ODS en Colombia.

Eso está relacionado con el 16, que tiene que ver con paz y justicia. Estamos en una situación muy crítica en términos de la búsqueda de eso que el presidente Petro ha llamado la paz total y, en ese sentido, toda esta dispersión de grupos armados, hace muy difícil cumplir los objetivos.

Y el tema de igualdad…

El objetivo 5 de igualdad de género y el 10 de las desigualdades tienen obstáculos muy grandes porque en Colombia tenemos unos problemas estructurales, culturales, que perpetúan las desigualdades en distintos ámbitos y son muy difíciles de romper.

Nosotros publicamos hace un poco un libro sobre el sistema educativo colombiano que se llama La Quinta Puerta, y hacemos énfasis en que el sistema no solamente no reduce las desigualdades, sino que las empeora, porque es un sistema segregado de educación donde las poblaciones más ricas van a los colegios de alta calidad y la población más pobre sigue segregada en un sistema público que no es el mejor, que le falta financiación, calidad, recursos; y eso perpetúa las desigualdades.

Ustedes señalaron que Colombia presentaba un estancamiento en el cumplimiento ¿Siguió esta trayectoria?

Sí, desafortunadamente. En el análisis de seguimiento a los ODS observamos que año a año esos índices cambian muy poco. Tal vez hay unos que se mueven más rápido, como el ODS de fin de la pobreza. Yo creo que América Latina, y Colombia incluida, han hecho logros importantes en sacar a gente que estaba por debajo de la línea pobreza y ponerla en unas situaciones un poco mejores. Pero yo creo que hay que insistir en la Agenda 2030, no hay que abandonarla, sino reforzarla.

¿Qué papel juega la educación en la consecución de los ODS?

Muchísimo, porque el capital humano es el punto de partida para desarrollar las soluciones de los otros ODS. Si quiere tener trabajo decente, que es el ODS 8, necesita mejor educación, que es el ODS 4, pero además con salud y bienestar, que es el ODS 3. Y en ese sentido, la educación juega un papel muy importante en formar mejor para que la gente tenga mejores oportunidades y también genere soluciones a través de la innovación y eso, en últimas, es importante en el ODS 9.

Si tenemos gente con mejor nivel de educación, tendremos mejores respuestas para innovar frente al cambio climático, las desigualdades, las oportunidades. Colombia ha progresado en cobertura, pero en calidad seguimos con problemas muy grandes.

¿Cuáles son las oportunidades para avanzar más rápido?

Si uno quiere cumplir las metas con las que se ha comprometido el país y la región en general, los “mangos bajitos” están en los sectores agrícola, ganadero y protección de bosques. Ahí es donde es más barato, por tonelada de carbono equivalente, reducir las emisiones. Ahí hay una oportunidad

¿Tendríamos la posibilidad de negociar la deuda externa?

Lo que Colombia paga en servicio de la deuda, ni siquiera en capital, sino el puro servicio de la deuda, es impresionante. Y las negociaciones de deuda por naturaleza son la posibilidad para que Colombia y otros países amazónicos vayan a negociar.

Fuente: LA REPÚBLICA