El primer estudiante sordociego de posgrado en la Universidad Nacional
Samuel Ferney Valencia realiza actualmente una maestría en Administración.
Por:Redacción Educación*
Samuel Ferney Valencia es la primera persona sordociega en cursar un programa de posgrado en la Universidad de Nacional. A sus 35 años, este psicólogo realizará una maestría en Administración.
Su discapacidad, poco común, no ha sido impedimento para estudiar en la universidad. De hecho, es titulado en psicología de la Universidad Manuela Beltrán y espera que este posgrado le permita trabajar con alguna institución o entidad gubernamental que ayude a la población en situación de discapacidad.
Y es que Samuel asegura que su condición le ha permitido vivir en carne propia las dificultades que una persona discapacitada tiene que pasar para acceder a servicios de guías e intérpretes en todo tipo de escenarios.
Es por ello que con esta maestría busca centrar sus esfuerzos en el diseño de un modelo de prestación de servicios para hacer más fácil la vida de personas sordas y ciegas en el país.
“Los guías-intérpretes son un puente de comunicación entre la persona sordociega y sus interlocutores, ya que a través de ellos acceden a cierto nivel de autonomía en su cotidianidad”, asegura.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional para Sordos (Insor), se estima que en el país hay unas 57.000 personas sordociegas, es decir, que no pueden ver ni oír, y por lo tanto, también tiene problemas de habla. De ellas, el 40 por ciento pertenece a estratos 1 y 2, y dada su condición muy pocos pueden acceder al mundo laboral, lo que aumenta su condición de vulnerabilidad.
Por ello, el estudiante asegura que es necesario hacer más accesibles los servicios de guía e intérprete para reducir esas brechas: “Si las personas sordociegas y sus familias desconocen los aspectos técnicos y administrativos de este servicio siempre será difícil que su prestación sea de calidad, idónea y oportuna”.
¿Cómo ingresa una persona sordociega a la universidad?
Si ingresar a la educación superior es difícil para una persona ciega o para una sorda (en estos últimos en especial por las barreras de comunicación), alguien que sufra de ambas discapacidades puede verse relegado a no estudiar.
Sin embargo, muchas universidades cuentan con programas de acompañamiento y asesoría a población con discapacidad, como la ya mencionada Manuela Beltrán, y en este caso la Universidad Nacional.
De hecho, la Unal cuenta con el Observatorio de Inclusión para Personas con Discapacidad, que desde 2019 implementa una ruta de acompañamiento general a población con discapacidad.
Este acompañamiento permite ayudar a estas personas desde que inician con su proceso de admisión, pasando por el periodo de estudios, hasta que son titulados.
“La ruta, que define el paso a paso de un proceso de acompañamiento, se activó cuando la Maestría en Administración se puso en contacto con nosotros y nos informó que había una persona sordociega interesada en inscribirse a ella, y necesitaba asesoría”, relata Leyla Sanabria Camacho, coordinadora del observatorio sobre el caso de Valencia.
Y añadió: “Después nos reunimos con Samuel para conocer su experiencia educativa y los apoyos que requería para facilitarle el proceso de inclusión, como por ejemplo que los profesores supieran que iban a tener un estudiante sordociego para que pudieran adaptar y diseñar sus clases y su material a esa situación; distribuimos tareas y responsabilidades entre las diferentes instancias, y por último le explicamos en qué consiste la ruta y cuáles las opciones que esta le ofrece”.
Así, desde el primer día de clase Samuel cuenta con dos guías-intérpretes; hay un equipo de expertos acompañando a los profesores en la elaboración de materiales académicos accesibles, y también, como todos estudiantes de la Universidad, podrá acceder al servicio de monitores y tutorías que ofrece Bienestar Universitario.
REDACCIÓN EDUCACIÓN
*Con información de la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
Fuente: El Tiempo