Colombia, un país al alcance de la movilidad eléctrica

CARROSELECTRICOS 4ac66

Por: Andrés Fuse

26 feb 2025 Colombia ha venido dando pasos significativos hacia la transición energética, fijando metas ambiciosas como reducir sus emisiones en 51% para 2030 y ser carbono neutro en 2050. No obstante, el país enfrenta el reto de mantenerse al día con la rápida innovación de industrias como la automotriz, lo que implica, en este caso particular, no solo acceder a los vehículos eléctricos sino, además, seguir robusteciendo una infraestructura de estaciones de recarga que satisfaga las necesidades de los usuarios, un tema absolutamente relevante para estimular al consumidor.

El avance de Colombia en movilidad eléctrica, que ya forma parte del Plan de Desarrollo, evidencia que, en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Armenia, Bucaramanga y Cúcuta, se han instalado más de 270 estaciones de recarga para vehículos, cifra que aún no es suficiente. Esto lleva a que los usuarios resalten que su decisión de adoptar hábitos de transporte más sostenibles necesita estar acompañada de una disponibilidad de carga.

Se puede afirmar que hoy existe una política pública para que ello suceda que incluye, además, beneficios como la exención del pico y placa y descuentos en las revisiones técnico-mecánicas, lo cual se suma a lo establecido en la Ley de Movilidad Limpia (Ley 1964 de 2019).

El reto radica en que el crecimiento de la infraestructura de carga no avanza al mismo ritmo que la adquisición de estos vehículos. Aunque en las principales ciudades se han logrado avances en el desarrollo de estaciones de recarga, aún falta un mayor despliegue en ciudades intermedias y zonas rurales.

Esta situación refuerza la percepción de que los vehículos eléctricos están diseñados exclusivamente para entornos urbanos, cuando en realidad su autonomía promedio, que oscila entre 300 y 450 kilómetros, permite cubrir distancias significativas dentro del territorio nacional. Sin embargo, para que los conductores puedan aprovechar al máximo esta autonomía, es clave expandir la infraestructura de carga en más regiones.

Colombia tiene una característica única que favorece la adopción de la movilidad eléctrica: su matriz de generación eléctrica es una de las más limpias del mundo y de allí viene la energía con la que se cargan los vehículos eléctricos. La energía hidroeléctrica, proveniente principalmente del Sistema Interconectado Nacional (SIN), cubre aproximadamente el 67% de la capacidad instalada, lo que reduce significativamente las emisiones asociadas a la generación eléctrica.

Por otro lado, la generación a partir de combustibles fósiles no renovables representa alrededor del 30%, porcentaje que puede aumentar hasta el 47% durante los períodos de sequía, según el Plan Nacional de Energía 2022-2052. Además, cerca del 6% de la electricidad se genera a partir de fuentes renovables no convencionales, como la solar y la eólica, las cuales están experimentando un crecimiento constante. No hay duda de que la movilidad eléctrica en Colombia es una verdadera opción en materia de sostenibilidad.

Ante la necesidad de no detenerse en el camino recorrido hay tres tareas que es necesario enfrentar. La primera de ellas es la cobertura en zonas rurales que en Colombia son una característica de su geografía. De acuerdo con el Índice Multidimensional de Pobreza Energética (Impe) de Promigas, 18,5% de la población colombiana vive en condiciones de pobreza energética. Esta situación es más notable en las áreas rurales, donde el reto es 11 veces mayor que en las zonas urbanas. Si se aborda este desafío, las zonas alejadas podrán integrarse plenamente en la movilidad limpia.

La segunda es precisamente impulsar aún más las fuentes de energía eléctrica renovables no convencionales. Según el Departamento Nacional de Planeación, Colombia tiene un potencial instalable de energía solar de 8.000 GW, lo que podría convertir al país en un líder regional en este tipo de energía. Entre más se base la movilidad eléctrica en este tipo de generación, más es su impacto positivo, lo cual a su vez promoverá un consumo mayor.

Finalmente, la tercera tarea es realizar aún más inversiones en puntos de recarga. De aquí, la decisión del Grupo Autogermana, en alianza con Enel X, de inaugurar una nueva estación de recarga rápida para vehículos eléctricos ubicada en el Centro Comercial Unicentro, Bogotá, que permite un tiempo promedio de carga de una hora y treinta minutos versus una estación de carga tradicional que puede tomar entre siete y diez horas. Con esta estación el Grupo Autogermana completa 33 instaladas en el territorio nacional.

Cualquier innovación debe ser implementada de manera integral. Colombia ha demostrado tener la voluntad con leyes e incentivos. Además, contar con una de las matrices de energía eléctrica más limpias es ya de por sí un gran punto de partida.

Pero es crucial priorizar la expansión de la cobertura nacional de estaciones de carga e integrar nuevas fuentes de energía renovables no convencionales. El objetivo es que el país esté al alcance de los vehículos eléctricos pudiéndolo recorrer sin restricciones, sin importar la distancia. Que, a la emoción y a la experiencia al volante, se le sume un verdadero aporte a la sostenibilidad.

Fuente: PORTAFOLIO