LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS
Y SU ROL EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE
No hay duda alguna acerca de la importancia que tienen las pequeñas y medianas empresas -PYMEs- en las dimensiones social, económica y ambiental tanto a nivel global como a nivel local, en amplia sintonía con la integración de dichas dimensiones, bajo el respeto profundo de los Derechos Humanos y con la interrelación entre grupos de interés basados en la integridad y transparencia, que son los elementos centrales de la sostenibilidad, desde los postulados de la Agenda 2030 con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-.
Desde el punto de vista económico su contribución al Producto Interno Bruto -PIB- como generadores de riqueza y valor corresponde aproximadamente al 50% según cifras del Banco Mundial, siendo incluso más alto su valor en los países desarrollados con una interacción real con el ODS 1, Fin de la Pobreza; y en cuanto al empleo la participación promedio mundial ronda el 60% y en Colombia puede ser responsable del 80% del empleo formal, con un impacto sobre el ODS 8, Trabajo Decente y Crecimiento Económico. Obviamente el gran drama en nuestros países es la altísima tasa de informalidad, con cifras cercanas al 55%, acentuada por la epidemia del COVID19 años atrás.
Otro elemento esencial frente al papel de las PYMEs es su gran versatilidad y amplitud de oferta y participación en todos los sectores, contribuyendo a la diversificación de la economía y generando en lo posible una reducción de la dependencia en los sectores primarios, y creando trabajos no especializados hasta puestos altamente cualificados, promoviendo la inclusión laboral en diferentes niveles, con la integración de grupos marginados o vulnerables, como mujeres, jóvenes y personas con discapacidad, adultos mayor, desplazados, migrantes, al ofrecerles oportunidades de empleo y desarrollo profesional dinamizando además la economía local, todo ello bajo el ODS 10, Reducción de las Desigualdades.
Por supuesto, hay unos retos enormes que empiezan por el fomento de la formalización a través de incentivos adecuados y no creación de barreras para el desarrollo empresarial. Esto viene acompañado de una necesidad de acceso al financiamiento, generando oportunidades y esquemas diferenciales para potenciar su desarrollo y participación y por supuesto aumentando su productividad y competitividad, con integración plena en las cadenas de valor tanto a nivel local, nacional e internacional, siempre fomentando el desarrollo sostenible. La interacción entre grandes y pequeñas empresas es esencial para el funcionamiento eficiente de la economía, y tiene un impacto significativo para la supervivencia efectiva de las PYMEs. En otras palabras, una empresa que no apueste por la sostenibilidad tiene su futuro con mayor incertidumbre. Hay un movimiento mundial relacionado con el Comercio Justo, que lleva implícito también los sistemas de producción justo a tiempo. Por lo tanto, tener la sostenibilidad como elemento importante del negocio es un buen negocio.
Igualmente, todas estas acciones permiten abrir nuevos mercados, sobre todo si se forma parte de una cadena de valor robusta que integre a las grandes empresas con las PYMEs existiendo un beneficio directo por la expansión global del mercado.
Capítulo aparte tiene el papel de las PYMEs en el desarrollo del talento humano, con la capacitación especializada para perfeccionar un determinado oficio o trabajo profesional o de emprendimiento, y potenciar las habilidades de las personas desde la individualidad y con la comunidad, en consonancia con el ODS 4, Educación de Calidad.
Ni que decir de ayudar a tener una visión de emprendimiento en todos los sectores económicos, con una motivación especial para generar iniciativas que faciliten la inserción efectiva en el ecosistema sostenible, con una acción centrada en el ODS 9, Industria, Innovación e Infraestructura.
Por supuesto, el tejido de relaciones de las PYMEs aporta a la cultura, preservación de tradiciones y un ecosistema económico alternativo, con énfasis en el desarrollo local, sobre todo en temas como artesanías, gastronomía, turismo, entre otros, generando redes de colaboración y apoyo dentro de las comunidades, promoviendo la cohesión social y el bienestar colectivo. Todo esto ayuda a tener unas comunidades sostenibles como está establecido en el ODS 11, Ciudades y Comunidades Sostenibles.
También hay un elemento central en el papel de las PYMEs y es atender las crecientes exigencias por parte de los consumidores y grandes empresas de productos de calidad con una trazabilidad sostenible en todo el proceso y así facilitar el acceso a nuevos mercados. Esto es un reto monumental que exige una acción conjunta entre todos lo que integran la cadena de valor y el ciclo del producto, desde huella hídrica con el ODS 6 Agua Limpia y Saneamiento, uso eficiente de agua y energía con el ODS 7, Energía Asequible y no Contaminante, Producción y Consumo Responsable -ODS 12- y una acción por el clima ODS 13. Todo esto porque permite una reducción de costos operativos y mejorar la rentabilidad a largo plazo.
También se responde a una tendencia actual de mayor endurecimiento en las normativas por lo que las PYMEs al adoptar prácticas sostenibles facilitan el cumplimiento de la regulación y evitan posibles sanciones. Igualmente sucede con las mayores exigencias en temas de estándares de calidad y procesos.
Se puede alegar que las PYMEs no tienen capacidad para afrontar estos retos. Nada más alejado de la realidad, cuando son estas empresas las que tienen mayor flexibilidad e innovación, como lo demuestra el desempeño de las PYMEs en todos los países. Claramente, el tema no es de coyuntura ni de corto plazo, sino una apuesta efectiva al largo plazo.
Un asunto de altísima importancia para las PYMEs está referido en el ODS 17, Alianzas, a través de una activa colaboración y redes logísticas, de conocimiento y apoyo de todo tipo. Compartir recursos y conocimientos, especialmente sobre los temas de sostenibilidad, reducen costos y facilitan la implementación de prácticas sostenibles.
En resumen, integrar la sostenibilidad en todas sus dimensiones de manera integral no solamente es posible, sino que es esencial para su supervivencia y éxito en el mundo actual.
¡Manos a la obra!
Mauricio López
Director Ejecutivo Pacto Global Red Colombia